Si tienes una de las siguientes situaciones:

- No sabes qué hacer. Ya has probado de todo. Estás cansada de hacer siempre lo mismo sin resultados, desesperada, perdida y frustrada.
- Sientes picor, ardor, quemazón… no sabes a quién recurrir.
- Hace tiempo que no disfrutas de tus relaciones sexuales, ya ni las quieres tener.
- Tus molestias vaginales no te permiten hacer una vida normal, vives desesperada, deseando día y noche que desaparezca de una vez por todas.
- Tu vida está siendo condicionada por la vergüenza, la ansiedad y la frustración.